viernes, 14 de agosto de 2009

Federico Pereira Martinez

El TRABAJO CON OTROS.
Este taller significó mucho para mi en cuanto mi relación los demás. A partir de el comencé un proceso de ver a los demás no solo como estudiantes que comparten una misma carrera sino que también son personas como yo, con emociones, necedad de afecto y deseos de ser felices.
Pude aprender que las personas mas allá de sus apariencias externas esconden algo especial dentro suyo, una particularidad que es importante valorar ya aceptar sin prejuicios previos.
Lo más destacable es que fui desafiado a expresar afecto a personas desconocidas y esto me permitió ver lo mucho que a veces nos oprimimos dentro de nosotros mismos volviendo “fríos” y deshumanos para nosotros mismos y los demás.
Me gustaría poder a partir de este taller y todos los días ser más considerado con los demás y en especial las personas más allegadas. Poder ser más expresivo en cuanto a mi aprecio por ellos de modo de cortar con los moldes en los cuales muchas veces el entorno universitario o uno mismo se mete, ajustándose tan solo a un rol dentro de los grupos.
MI EXPERIENCIA
En el taller nuevamente me reencontré con mi gusto por el teatro, ya hacía varios años que no realizaba ningún tipo de representación teatral. El poder realizar ejercicios de relajación me fueron muy útiles para bajar las revoluciones del diario vivir y por una hora y media dejar de lado las preocupaciones y disfrutar de un grupo de personas que como yo esperan culminar su carrera y que además son personas y no solo estudiantes.
La metodología me pareció acertada en todos los aspectos, en ningún momento me sentí incomodo en cuanto a ella.
En el taller aprendí que el trabajo en equipo es fundamental y no necesariamente debo de adoptar una posición de líder o manda más, simplemente debo ser yo mismo y los objetivos igual se concretan.
También aprendí que me es necesario y muy sano dejar que mis emociones se hagan visibles a los demás, no es algo deba de esconder detrás de una etiqueta sino que, repito nuevamente, somos personas y necesitamos dar y recibir afecto.
De lo aprendido en el taller siento que en el trabajo en equipos es necesario no solo que la tarea se termine en forma correcta sino también se siga un camino correcto donde las personas se sientan cómodas trabajando juntas para lograr la tarea.
En mi trabajo con adolescentes creo que es necesario poder comenzar a ser más humano con ellos y no solo un coordinador más. Demostrarles que son importantes para mí y que fuera de sus problemas propios de la edad tienen mucho para enseñarme.
EL TALLER
Lo que más me gusto del taller es la posibilidad de aprender más sobre uno mismo, su personalidad, potencialidad y ser desafiado constante mente a romper con los moldes de lo que es esperable en una persona en un contexto universitario.
El punto en que me gustaría marcar como “Flaco” escapa a los profesores y a los participantes, es el tiempo de cada encuentro y el tiempo total del curso.
Para una próxima oportunidad no se que aportes tendía para hacer desde fuera del grupo. De haber un nuevo dictado de teatro del oprimido donde se profundizara la experiencia me gustaría poder participar desde dentro como un participante más.
En cuanto a los decentes quedo claro que cada uno de ellos tiene su propia característica de cómo llevar adelante el taller, lo cual lo enriquece mucho. No creo que una solo de ellos pudiera llevar adelante todo el trabajo del aula.
La única sugerencia es que se pueda dedicar más tiempo para la reflexión final de cada encuentro.
Un comentario final. Fue muy importante poder cursar taller del oprimido, fue un oasis en medio de la semana para relajarme, pasar un momento alegre y aprender sobre mi mismo y los demás.
Es un taller que debiera repetirse todos los años en cada uno de los semestres.
Felicitaciones profesores y amigos.

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