viernes, 14 de agosto de 2009

Alejandra Rijo

Hacia una multiplicación permanente
Cuando pienso en multiplicación, pienso en pequeños organismos reproduciéndose y esparciéndose por todos lados, inclusive velozmente. Pero no todos salen iguales, tienen pequeñas diferencias, innovaciones, aportes, por decirlo de alguna manera.
Esto lo aplico fácilmente a la idea de multiplicación trabajada en este taller, en lo que queremos que los demás vean y reproduzcan en diferentes puntos geográficos. Pero como todo, necesitamos un comienzo, un punto de partida.
Es por esto que propongo, para poner en marcha esta ansiada multiplicación, realizar una (o varias, dado el número de integrantes) presentaciones de piezas creadas por nosotros en la licenciatura misma, donde todos sus integrantes puedan acceder a su apreciación.
El ambiente de la licenciatura es propicio, ya que todos cuentan con la capacidad y la formación para deducir lo que con la presentación se quiere transmitir, y a su vez de aportar nuevas variantes al desafío, transformando y generando nuevos caminos dentro de las situaciones planteadas.

Alejandra Rijo

Mi experiencia
¿Qué me pasó en el taller? ¿Cómo llegué a él?
Sin duda que ahora, en este tiempo que me tomo para reflexionar, estoy en posición de afirmar que ésta es la asignatura más singular que he cursado en esta carrera. En parte por los contenidos, en parte por la metodología empleada. A lo largo del curso, otros compañeros que no formaban parte del taller solían plantearme interrogantes acerca de la materia, “¿De qué se trata? ¿Qué hacen en la clase?”, me preguntaban. Es que una asignatura con ese nombre despierta curiosidad. Honestamente, me la despertó a mí el día que vi la posibilidad de inscribirme en ella. No lo dudé. Me inscribí y esperé a la primera clase con una cantidad de expectativas y preguntas para plantear. Siempre estuve abierta a experimentar nuevas propuestas educativas y esta me pareció ideal. Era algo diferente. Yo vengo de la rama del Periodismo, de lo más teórico, estricto, limitante y unidireccional. Y esta oportunidad me pareció ideal para desarrollar otras capacidades que no sabía que iba a poder “sacar afuera”. Admito que en los primeros encuentros me costaba hasta gritar, porque soy como más “para adentro”, tiendo más a la introversión y al silencio. Pero esto no quiere decir pasividad. Es así como encuentro tras encuentro fui “liberándome” y “aflojándome”. Mi capacidad de interacción fue acrecentándose, y mi sentido de auto confianza se vio reforzado, en parte gracias a que desapareció toda forma de vergüenza que contenía en mi interior. Desapareció mi miedo al ridículo.
La metodología
El método. El camino para arribar al fin. Lo que más me llegó y me mantuvo interesada y “enganchada” fue el ritmo y el dinamismo con que se planteaban los ejercicios. No había tiempo para estar parado, solo, en silencio, sino que se pasaba de una propuesta a la otra con gran agilidad, no habían “espacios vacíos”, momentos “en blanco” que permitieran la dispersión y la posterior distracción del grupo. Eso da cuenta de la buena organización previa que había semana tras semana. Esa “acción constante” me llevaba a generar un compromiso más amplio con lo que estaba haciendo, me llevaba a concentrarme ya “meterme” más en lo que debía hacer (representar un personaje, imitar movimientos, imitar sonidos de animales). También me pareció acertado ese momento de reflexión que había al final de cada encuentro, donde cada uno se despachaba con sus opiniones. Era un espacio para “desacelerar” y exponer lo que se había experimentado durante la jornada, para coincidir o debatir. La incorporación de técnicas de ensayo es algo que también recuerdo como muy interesante, atrayente e innovador.
Siento que no hubo alguna parte de la metodología que haya sentido lejana o ajena, me involucré con todas las propuestas y a lo largo de los encuentros no decayó mi interés de participación.
Las transformaciones, lo que aprendí y voy a aplicar
Es por todo lo anterior expuesto, que hoy puedo asegurar que sí se transformó algo en mí durante este proceso. Y esa transformación se compone de varios aspectos positivos. Por un lado, mi sentido de auto confianza reflotó, estaba como en suspenso. Tendía a no confiar en mi desempeño en la vida en general, y a no creer mi posibilidad de acción. Gracias a esta experiencia esa tendencia disminuyó. Además incrementé mi capacidad de interrelacionamiento e interactividad con otros. Son estos, aspectos para implementar en mi vida diaria. Los gestos y los movimientos, se volvieron para mí, elementos más contundentes y de más peso en la comunicación con el otro. Supongo que siempre le di más importancia a la palabra. Aprendí a entender al otro a través de sus gestos, sus movimientos, de su expresión corporal, sin que tuviera que emitir una palabra, a desentrañar significados, y dilucidar situaciones sólo con observarlas. Aprendí que el feedback es posible en cualquier circunstancia, y que con un pequeño gesto como sólo mirar al otro, ya le estamos transmitiendo un mensaje que influirá en su posterior conducta. No es requisito obligatorio la presencia de la palabra para transmitir, llegar al otro y hacerlo actuar. Se puede hacer discursos sin hablar. Aprendí también que mediante la capacidad de acción que cada uno, en tanto actor social detenta, el cambio y la transformación son posibles, y que ésta (el teatro del oprimido) es una herramienta de transformación social fundamental, que debería multiplicarse y trascender fronteras (como las gaviotas que volaban sobre el árbol) para luego modificar una realidad específica. Porque la ventaja de todo esto radica en lo anterior: personas que no hablan el mismo idioma o que no pertenecen a la misma cultura, y cuyas normas morales no coinciden pueden interactuar de todas formas. Uno puede proponer y el otro en base a esa propuesta puede generar otra, o en base a una situación determinada, otro sujeto puede proponer una solución, una alternativa a la disyuntiva expuesta. Se abre entonces, una instancia de “diálogo” bidireccional, continua, modificable y alterable.
Observando desde afuera
Si observo al grupo desde afuera, desde los límites, sin inmiscuírme en el proceso, veo a un conjunto de seres humanos fortaleciendo los lazos sociales que los unen (en tanto calidad de estudiantes, de compañeros) y trabajando para solidificar y dotar de firmeza esta nueva alternativa comunicacional. Veo gente tratando de comprender, de incorporar y de llevar a otros ambientes lo incorporado. Veo gente esforzándose por ser entendida, tratando de que sus mensajes sean recibidos de la forma en que ellos lo pensaron. Veo individuos ansiosos de que el resto de los estudiantes puedan participar de este taller. Veo propuestas de cambio, ganas de innovar, de alterar la realidad, de aclarar las problemáticas que los atañen. Y veo gente con ganas de compartir inquietudes personales sobre temáticas comunes, como “la muerte” o “la indiferencia” por ejemplo. Ponen el tema sobre la mesa pero no se quedan quietos. Hacen algo por hallar una respuesta a esas ”amenazas inminentes”, por intervenir los juicios más comunes acerca de esos temas y construír sus propias posiciones al respecto. No tienen tabúes. No se quedan inmóviles. Resuelven todo. Nada es obstáculo para ellos.
El trabajo con otros
La relación con otros

A nivel de los grupos en los que trabajamos las historias que nos impactaron, aprendí de la capacidad de negociación que debe haber en un conjunto. Aprendí que es muy importante tener el don de “ceder” ante el otro, de escuchar lo que tiene para decir, para expresar. No hubo imposiciones ni inducciones. Todas las opiniones debían ser tenidas en cuenta y así fue. Todas las posturas fueron igualmente válidas. Todos los puntos de vista fueron legítimos. Se experimentó entonces una democracia imperante, los planteamientos de todos valían por igual. Y finalmente nos poníamos de acuerdo en cada etapa de la construcción de la historia que decidimos contar. Por eso de aquí rescato los valores como el respeto y la tolerancia. Son vitales y nutren y enriquecen las relaciones humanas. Y aquí hicimos buen ejercicio de ellos.
Asimismo, se amplió mi capacidad de confiar en el otro, de creer en él, de depositar toda la confianza necesaria en los demás, para profundizar las relaciones que se establecieron y se tornaran más firmes y estables.
Cambios en mi modo de relacionamiento
Sí hubo cambios que se fueron implementando gradualmente. Básicamente responden a una cuestión de apertura personal “hacia fuera”. En mi caso, tendía a ser más “oyente” que “hablante”. Siempre me gustó oír a la gente hablar en todos los ámbitos, (plazas, ómnibus, comercios) no sé, me gustaba conocer historias, escuchar sus inquietudes, lo que sentían, lo que querían. Era mi naturaleza curiosa. Ahora, este modo fue evolucionando a uno en el que yo me torné bastante más “hablante”. En este espacio me volví “oyente” y “hablante” por igual. Sentí que mis pensamientos y opiniones tendrían cabida y serían respetados, y que de alguna manera incidirían en el camino hacia el logro de un producto final.
Lo que deseo seguir haciendo…
El pasaje por este taller me dejó deseos de que se establezca una permanencia de este tipo de actividades en la licenciatura. Sería algo ampliamente productivo a nivel cultural y social, y fortalecería aún más los vínculos que se crearon entre quienes participamos del ciclo.
El taller
Estaba ahí, tendido en el suelo pero hablaba. Hablaba de nosotros.
A nivel de las actividades, lo que más me gustó fue “el hombre de basura”, como yo lo llamo, del que aún conservo una fotografía. Fue interesante ver cómo iba tomando forma ese ser extraño, nuevo, pero que a medida que se formaba se hacía más cercano, más familiar. Supongo que esa familiaridad estaba dada por los objetos que lo componían, que nos representaban a todos. Además, también me sentí identificada con objetos que aportaron otros compañeros, y que no sabía que estarían allí. Creo que la confección de este hombrecito nos hizo conocernos más individualmente (en nuestras actitudes, en nuestra personalidad), como grupo (hallar que teníamos predilección por determinadas cosas en común) y él en sí fue el puente que nos permitió reflejar al resto del grupo esas afinidades y características personales que compartíamos. Los demás compañeros lo interpretaron de una forma tan acertada, que cada vez que decían algo, como “vive a las corridas” o “come porquerías”, yo me reía y pensaba “este hombre me delata, sí, yo soy así” en mi interior. Entonces queda claro, cuando digo que él, sin decir nada, hablaba.
Lo “flaco”
El único aspecto a tildar de “flaquito” es el del área teórica, en la que pienso, hubiera sido necesaria una bibliografía básica obligatoria. Con esto me refiero a repartidos en la fotocopiadora, material explicativo, de corte amplificador de las prácticas. Información general, definiciones de términos no tan familiares para quienes no cursan Comunitaria.
Sugerencias para los docentes
Lo único que me hubiera gustado es que ustedes tres hubieran participado con una realización propia, como si fueran otro grupo a parte de los cuatro que se formaron. Hubiera sido interesante verlos representando una situación en la que hubiera un contexto de oprimido – opresor. En realidad su intervención, guiando a los grupos en el proceso de construcción de las historias fue por lo demás ampliamente activa, pero me quedé con esa idea.
Si tuviera que pensar en un nuevo dictado del taller, le agregaría más horas, para así poder desarrollar más profundamente los aspectos teóricos de las metodologías que se implementaron en la práctica.
Otra sugerencia, sería la de llevar algún invitado conocedor del tema, para que exponga su visión y sus vivencias en tanto participante del Teatro del Oprimido, herramienta y recurso que creó Boal hace ya medio siglo.

Federico Pereira Martinez

Propuesta 1: Presentar la propuesta de 4 encuentros de teatro del oprimido en alguna escuela a elección. Cerrando con una reflexión sobre lo realizado tal como hacemos en cada encuentro. La actividad puede pensarse para los alumnos como para los maestros como una forma de mejorar su desempeño profesional.
Propuesta 2: Igual a la anterior pero en un liceo.
Propuesta 3: Realización de un video promocional de “Teatro del oprimido” ¿Qué es?, ¿que se hace?, Muestra de lo que se hace y testimonios. Dándolo a conocer en los diferentes servicios de la Universidad.
Propuesta 4: Realización de un ciclo de programas en la radio de la Liccom, contando en que consiste “Teatro del oprimido”

Federico Pereira Martinez

El TRABAJO CON OTROS.
Este taller significó mucho para mi en cuanto mi relación los demás. A partir de el comencé un proceso de ver a los demás no solo como estudiantes que comparten una misma carrera sino que también son personas como yo, con emociones, necedad de afecto y deseos de ser felices.
Pude aprender que las personas mas allá de sus apariencias externas esconden algo especial dentro suyo, una particularidad que es importante valorar ya aceptar sin prejuicios previos.
Lo más destacable es que fui desafiado a expresar afecto a personas desconocidas y esto me permitió ver lo mucho que a veces nos oprimimos dentro de nosotros mismos volviendo “fríos” y deshumanos para nosotros mismos y los demás.
Me gustaría poder a partir de este taller y todos los días ser más considerado con los demás y en especial las personas más allegadas. Poder ser más expresivo en cuanto a mi aprecio por ellos de modo de cortar con los moldes en los cuales muchas veces el entorno universitario o uno mismo se mete, ajustándose tan solo a un rol dentro de los grupos.
MI EXPERIENCIA
En el taller nuevamente me reencontré con mi gusto por el teatro, ya hacía varios años que no realizaba ningún tipo de representación teatral. El poder realizar ejercicios de relajación me fueron muy útiles para bajar las revoluciones del diario vivir y por una hora y media dejar de lado las preocupaciones y disfrutar de un grupo de personas que como yo esperan culminar su carrera y que además son personas y no solo estudiantes.
La metodología me pareció acertada en todos los aspectos, en ningún momento me sentí incomodo en cuanto a ella.
En el taller aprendí que el trabajo en equipo es fundamental y no necesariamente debo de adoptar una posición de líder o manda más, simplemente debo ser yo mismo y los objetivos igual se concretan.
También aprendí que me es necesario y muy sano dejar que mis emociones se hagan visibles a los demás, no es algo deba de esconder detrás de una etiqueta sino que, repito nuevamente, somos personas y necesitamos dar y recibir afecto.
De lo aprendido en el taller siento que en el trabajo en equipos es necesario no solo que la tarea se termine en forma correcta sino también se siga un camino correcto donde las personas se sientan cómodas trabajando juntas para lograr la tarea.
En mi trabajo con adolescentes creo que es necesario poder comenzar a ser más humano con ellos y no solo un coordinador más. Demostrarles que son importantes para mí y que fuera de sus problemas propios de la edad tienen mucho para enseñarme.
EL TALLER
Lo que más me gusto del taller es la posibilidad de aprender más sobre uno mismo, su personalidad, potencialidad y ser desafiado constante mente a romper con los moldes de lo que es esperable en una persona en un contexto universitario.
El punto en que me gustaría marcar como “Flaco” escapa a los profesores y a los participantes, es el tiempo de cada encuentro y el tiempo total del curso.
Para una próxima oportunidad no se que aportes tendía para hacer desde fuera del grupo. De haber un nuevo dictado de teatro del oprimido donde se profundizara la experiencia me gustaría poder participar desde dentro como un participante más.
En cuanto a los decentes quedo claro que cada uno de ellos tiene su propia característica de cómo llevar adelante el taller, lo cual lo enriquece mucho. No creo que una solo de ellos pudiera llevar adelante todo el trabajo del aula.
La única sugerencia es que se pueda dedicar más tiempo para la reflexión final de cada encuentro.
Un comentario final. Fue muy importante poder cursar taller del oprimido, fue un oasis en medio de la semana para relajarme, pasar un momento alegre y aprender sobre mi mismo y los demás.
Es un taller que debiera repetirse todos los años en cada uno de los semestres.
Felicitaciones profesores y amigos.

LORENA VIZCAÍNO

“El Teatro del Oprimido es teatro en la acepción más arcaica de la palabra: todos los seres humanos son actores, porque accionan, y espectadores porque observan. Somos todos espect-actores.”
(Augusto Boal).

Al comenzar los encuentros de Teatro del Oprimido, sabía que no iba a ser como las demás opcionales. El hecho de que no se utilizaran sillas y un pizarrón como centro de la clase me llamó la atención al principio. Confieso que me sentí extraña, como si algo faltara. También me resultó extraño que el reparto clásico de los roles docente y estudiante no fueran los tradicionales. Ni siquiera en el Seminario Taller de Comunicación Comunitaria y Educativa esa delimitación fue tan difusa para mí.
En principio, me resultaba complicado eliminar la palabra para comunicarme con el resto del grupo, me parecía imposible decir muchas cosas sin hablar, remitiéndome a miradas, gestos o movimientos corporales. Poco a poco fui entendiendo la importancia de incorporar el silencio para comunicar aquello que la palabra limita. Es como si hubiese descubierto nuevas formas de ver, de conocer al otro/a y de comunicarme con él/ella, sintiendo que, a su vez, a él/ella le pasaba igual. Creo que en ese momento comencé a interiorizarme más con la historia que trabajamos, y dentro del subgrupo en el que participé pasó lo mismo.
La realización de “Teatro imagen”, donde planteábamos imágenes fijas, “jugar” a analizar cosas como el caminar del otro/a, el saludar a los/as demás con la mirada me ayudó mucho para descubrir esas otras formas de comunicar.
En el subgrupo del que formé parte, sucedió algo curioso: cuando dejamos de hablar, para pasar al terreno del sentir y el hacer fue que logramos conectarnos más con la historia de fondo, expresando al resto lo que queríamos expresar, sintiéndonos conformes con nuestro trabajo.
En lo personal, por momentos me sentí actriz. En el sentido de que -citando a Boal- “somos todos artistas: haciendo teatro, aprendemos a ver aquello que resalta a los ojos, pero que somos incapaces de ver al estar tan habituados a mirarlo” . Trabajar con nuestras propias historias me hizo difícil diferenciar entre la vida cotidiana y el escenario. Ambas por momentos se conjugaban en una sola cosa. Creo que a eso apunta la metodología de Teatro del Oprimido, a la idea de “todos somos protagonistas”, y en ese sentido es que me siento identificada. A medida que transcurrían los encuentros pude identificar distintas opresiones en mí, fui conectando mis vivencias a cada actividad planteada por los docentes, a cada historia presentada por los subgrupos, y, sobre todo, a la trabajada por mi subgrupo. Fui protagonista de cada encuentro, sintiéndome parte activa del grupo, lo cual fue muy satisfactorio para mí.
Las diferentes metodologías de trabajo que practicamos me sirvieron de ayuda para comprender desde otro lugar el funcionamiento de los grupos humanos, como se conectan entre sí, como se expresan tanto los individuos como el conjunto sin utilizar el lenguaje hablado. Por ello, las herramientas que gané al pasar por este taller me van a servir para trabajar la comunicación comunitaria y educativa con distintos grupos humanos, para comunicarles y para interpretar lo que me quieran comunicar más allá de la palabra. Esa utilidad es la que encuentro más a corto plazo, pero sé que interiorizándome más en la metodología creada por Boal, el abanico de posibilidades va a ir en aumento.
El aumentar ese abanico de posibles modos de interacción, de comunicación y de relacionamiento con los demás, era lo que me motivaba más del taller. El sentirme parte de un proceso de aprendizaje de nuevas formas de comunicación, para con los demás y para conmigo misma me hizo disfrutar del proceso como pocas veces en la carrera me ha pasado.
A pesar de lo anterior, un elemento que nos jugó en contra fue el tiempo. En mi opinión nos faltó. A su vez, me quedó un bache: ver en acción a un grupo “profesional” de Teatro del Oprimido. Pero creo que en un futuro ambas cuestiones son solucionables, alcanza con pensar la opcional para más horas, para solucionar el tema tiempo, y, para lo segundo, ayudaría mostrar en los encuentros algún material audiovisual con el trabajo de algún grupo de Teatro del Oprimido, a modo ilustrativo.
Otro factor que creo importante, es contar con alguna bibliografía que nos ayude a ampliar los conceptos trabajados (“arcoíris del deseo”, por ejemplo). Pero el equipo docente ya se comprometió a dejar dichos materiales en la fotocopiadora de la Licenciatura, así que en breve ya los estaré leyendo, en pos de aumentar o profundizar el abanico de herramientas utilizadas en los encuentros.
Ante todo considero que para ser una primera experiencia, lo principal está. Yo me llevo interiorizada una nueva forma de aprendizaje y otras tantas formas nuevas de comunicación, me llevo ganas de profundizar en las herramientas adquiridas y de aprender otras muchas formas más de interacción, y con ese puntapié inicial, para mí el objetivo está cumplido: seguir aprendiendo.
1.Boal, Augusto. Mensaje del Día Mundial del Teatro. 2009

Rodolfo Noguez

El taller de Teatro del Oprimido es una experiencia especial en muchos sentidos. En primer lugar es el primer paso que se da dentro de nuestra institución y es el primer avance hacia un horizonte nuevo y necesario. Por otra parte este tipo de espacios, no son frecuentes en la licenciatura en ninguna de sus áreas, lo que hace que el descubrimiento y la apropiación del espacio sea aun mas enriquecedora. En ese espacio encontré un lugar especial para aprender y aprehender desde un lugar muy interesante. Tal vez no logré involucrarme demasiado cuando se realizaban las devoluciones al final, es que como todo ejercicio que requiere del cuerpo, la mente y el alma para expresar; late en diferentes tiempos y se encuentra con diferentes estructuras en cada uno de nosotros.
En cuanto a la metodología mentiría si digo que algo me desanimó, todos los trabajos me resultaron interesantes. Yo estudié arte dramático por 12 años (quiero dejar en claro que no estoy igualando una disciplina a otra, ni si quiera comparándola) y algunos de los ejercicios eran similares, sin embargo los objetivos completamente diferentes, me pareció muy enriquecedor hacer el ejercicio interno de problematizar el por qué y el para qué.
En cuanto a la aplicación, creo que es un instrumento valiosísimo, he tenido la posibilidad de utilizar herramientas lúdicas, sin embargo creo que esta herramienta que forma parte de una corriente y como tal adquiere una notoria relevancia en el bagaje y el contenido que puede aportarnos. Sería muy valioso para nosotros conocer un poco mas sobre la técnica misma, la aplicabilidad y los contenidos teóricos que se generan.
En el transcurrir de los encuentros, probablemente no podría afirmar que aprendí algo nuevo del relacionamiento con otros, a priori, no de forma consciente. Sin embargo en mi caso fue una instancia positiva en la que se reafirma y asientan cosas como el respeto y la tolerancia en la dinámica grupal.
Probablemente me haya quedado con ganas de hacer algunas cosas, de romper algunas estructuras internas, de seguir navegando un tiempo mas.
El taller fue estimulante en sí mismo, fue estimulante como espacio alternativo, y como aprendizaje individual y grupal. No podría decir que me gustó mas o que me gustó menos. Sin embargo me encantaron los ejercicios de confianza, me parecen sumamente provechosos.
Para los próximos talleres me gustaría que constaran de mas encuentros y contaran con un lugar físico mas apropiado, conozco la realidad de la licenciatura y que esto escapa de sus manos pero sería realmente bueno.
Me gustó el trabajo de los guías, no me gustó mucho debo ser sincero, pero me gustó. Me pareció que era la primera experiencia en el marco universitario y que, como nosotros, también daban sus primeros pasos en este ámbito. Desestructurar la academia es toda una responsabilidad. Creo que aportaría al trabajo no utilizar expresiones como “está prohibido hablar” tan a menudo, yo soy un convencido de que las palabras acompañan los procesos y a veces los perturban.
Ojalá esta experiencia se multiplique y ojalá hayan muchos mas cursos de teatro del oprimido en Liccom. Los felicito por el logro y me gustó ser parte de esto.
Gracias.

Rodolfo Noguez

La propuesta es trabajar en diferentes ejes, audiovisual, sonoro, plástico y escénico.
En base a esto se conforman grupos que preparan diferentes estaciones en la licenciatura y la gente va recorriendolos. Pueden haber también espacios multisensoriales que mezclen mas de una de las propuestas. En los espacios que sea posible, se buscará que tanto los que hacemos la propuesta como los que asisten formen parte de la muestra. Sería bueno potenciar al máximo cada una de las experiencias y lograr que los espectadores experimenten algunas de las cosas que trabajamos en el curso, como por ejemplo desacostumbrar el cuerpo, el oído , etc. Para lo cual una propuesta puede ser que en el espacio de sonido se le vende los ojos a la gente y en algún momento de la estación de plástica también para trabajar el tacto utilizando diferentes superficies. Y poniendo así en práctica algunas de las búsquedas que hemos realizado durante los encuentros. Las estaciones funcionaran a un mismo tiempo y así la gente irá pasando de una a otra a elección.

Yesica Cáffaro

Partiendo de lo vivenciado en los Talleres dictados en la Licenciatura, considero de suma importancia dar a conocer a otros este método de participación y transformación que se denomina Teatro del Oprimido.
Para ello, la manera de multiplicación que propongo sería la de exponer en la Licenciatura lo que hemos trabajado hasta el momento en cuanto a Teatro Fórum, con la participación de quienes estén interesados en conocer parte de lo que es el Teatro del Oprimido.
Para difundir este encuentro, podríamos realizar algunas publicidades gráficas, enviar invitaciones a las listas de correos de estudiantes y docentes, difundir afiches en otras Facultades, y sin duda invitar a los más cercanos, amigos y familiares.
Otra de las ideas que propongo, es la de realizar intervenciones en la Licenciatura, previo al encuentro, para generar un ambiente y difundir algunas de las ideas que el Teatro del Oprimido plantea. Por ejemplo, tomar uno de los árboles del patio y construir el árbol del Teatro del Oprimido, definiendo los componentes del árbol desde la base hasta cada una de sus ramas (Teatro Legislativo, Teatro Fórum, Teatro Invisible, Arcoiris del Deseo, y otros).
Alrededor del árbol podrían colocarse frases de Boal, fotografías de lo vivenciado en clase y la invitación al encuentro de exposición de Teatro Fórum, esta última podría representarse como una de las palomitas que revolotean alrededor del árbol y forman parte de la multiplicación.

jueves, 13 de agosto de 2009

Yesica Cáffaro

Mi experiencia
-¿Qué me paso en el Taller?

El jueves 7 de mayo, día en el cual tuve por primera vez contacto con lo que es Teatro del Oprimido, sentí que comenzaría a participar de un espacio de encuentro con muchas emociones, sentimientos, deseos y locuras, de los y las cuales cada uno de mis compañeros y yo seríamos los protagonistas. Fue muy extraño el hecho de permitirme ser partícipe de aquel Taller que escapaba de lo curricular, en un salón en el cual no habían sillas ni mesas, y del cual ninguno los estudiantes (que para mi son protagonistas) sabía como se aprobaba, aspecto no menor dentro de la Licenciatura.
Ese día llegué muy contenta y asombrada a mi casa, quería que todos se enteren de lo que había sido capaz de generar ese primer encuentro en mi interior. Sentía ganas de correr, de jugar, de abrazarlos a todos, no podía creer el hecho de haber compartido un abrazo gigante con aquellos compañeros que venía viendo desde que comencé la carrera y sin embargo no cruzábamos ni siquiera un saludo en los pasillos.
A medida que fuimos compartiendo los siguientes encuentros, la alegría y el entusiasmo iba creciendo, así como también el desconcierto por saber a donde iríamos con todo eso. Había en mi interior mucho desconcierto pero desde un primer momento me deje llevar por la magia que nos acompañaba en cada Taller.
Siento que aproveche al máximo las oportunidades del Taller para expresarme, para dejar que los otros se expresen conmigo, para sentir y dejar fluir todo tipo de energía que me generaba cada instancia.
-¿Qué fue lo que más me llegó de la metodología? ¿Y lo que sentí más lejano?
Me sucede algo muy extraño respecto al árbol del Teatro del Oprimido. Cuando el primer día de clase, presentaron el árbol del Teatro del Oprimido, quede “encantada”. No puedo definir bien que es que me provoca ver esa imagen que para muchos puede ser un simple dibujo. Quizás sea producto de la “locura” que toda esta técnica generó en mi, cuando digo locura me refiero a que se movieron una serie de cosas en mi interior.
De lo trabajado en el Taller lo que más me llego fue el Teatro Foro. Si bien, en la mayoría de los momentos me sentí muy bien, con alegría y entusiasmo por cumplir con las propuestas, cuando comenzamos con el Teatro Foro y con el tratamiento de las historias sentí que hubo un quiebre interior y toda esa euforia se trasformo en emociones profundas.
El hecho de construir un personaje en el Teatro Foro, sentirlo, expresar y manifestar sus deseos y necesidades, provoca una ebullición de emociones muy especial.
Recuerdo que en una oportunidad me sentí muy ligada con el personaje que elegí hacer dentro de la escena, representaba una persona dentro de un grupo de amigos que no escuchaba al otro y que solo pertenecía a ese grupo por el hecho de “estar”, de “ser alguien”. El personaje se mostraba con los oídos tapados y ante una situación en la cual uno de sus amigos lo necesitaba.
Cuando se propuso que el personaje se exprese mediante palabras o sonidos, salieron de mi interior cosas que no se porque las dije, pero que realmente las sentía. Ese mismo día se propuso que dijéramos lo que el personaje jamás diría y me acuerdo, que también, dije cosas que realmente salieron de mi interior y que me provocaron tal alivio…que se me escaparon unas lagrimitas.
Por eso digo que realmente fue un quiebre, porque a partir de este episodio comencé a investigarme y a buscar la razón por la cual me había sentido así esa noche.
Realmente confirmo que Teatro del Oprimido permite la transformación, eso lo detallaré más adelante.
Lo que lamento, es que luego, cuando avanzamos con el tratamiento de las historias, sentí que ese personaje que había creado y que realmente sentía, se fue perdiendo. Considero que esto sucedió debido a las diferentes discusiones y propuestas del grupo por cambiar y “mejorar” la historia, que generaron un clima de desconcierto en el grupo y se fue diluyendo la verdadera esencia de la historia que en un momento habíamos logrado materializar. Quizás el acotado tiempo del Taller no permitió profundizar en aspectos relevantes para la representación del Teatro Foro, si bien previo a introducirnos en esta técnica realizamos distintas dinámicas de relacionamiento grupal, tal vez algunas no fueron del todo interiorizadas lo que provocaba enfrentamientos que repercutían en el trabajo final. Cabe destacar, que como sucede en todos los ámbitos no todas las personas se comprometen en la misma medida.
Considero que en la última presentación que realizamos, sentí al personaje que debía hacer muy lejano, era una más entre un grupo de personas que intentaban realizar una representación de una situación que no llegamos a sentir. El problema fue simplemente que no se permitían sentir. Lo que más preocupaba era el hecho de que el “oprimido” sea bien representado y el resto de los personajes, “los aliados” y opresores, funcionábamos como una masa que acompañaba la escena.
Esta situación llego a provocarme angustia, ya que me sentía muy comprometida con la actuación y luego de haberme encontrado en un personaje que no solo lo sentía sino que me hacía sentir, me sentía incómoda ante el grupo que forzó el hecho de cambiar la estructura de la historia.
De acuerdo con lo que leí del Teatro Foro y con lo que los docentes impartieron en clase al respecto, considero que cada uno de los personajes dentro de la escena debe estar bien definido y son igualmente significantes.
-¿Se transformó algo en mí, a partir de este Taller?
Como adelanté en el ítem anterior, siento que interiormente se movilizaron muchas cosas que quizás estén llevando a una transformación personal.
El proceso de transformación comenzó desde el primer Taller. A través de distintas dinámicas se fueron despertando todos mis sentidos, mire más allá de lo que se ve, escuche minuciosamente sonidos cotidianos a los cuales no les prestaba la debida atención, descubrí al otro a través del tacto, confié plenamente en mis compañeros entregando ciegamente mi ser, me permití decir todo lo que sentía, sentí la conexión personal con el otro.
Luego de pensar y repensar buscando las razones por las cuales sentí aquella sensación de alivio a través del personaje, llegué a la conclusión que ese “personaje” al cual no le importaba la palabra del otro y solo quería integrar un grupo por el mero hecho de experimentar el sentimiento de pertenencia y evadir la soledad, hace unos cuantos años había sido yo. Al tener la posibilidad de manifestar lo que el personaje nunca diría, es decir mostrar la “otra cara” del personaje, sentí que fue el momento de liberación, una oportunidad de cambio, y en ese nuevo personaje me vi reflejada hoy en día. Fue un alivio porque pude reconocer que con el paso de los años la vida y el crecimiento, me dieron la posibilidad de construir vínculos sociales verdaderos, ya no más relaciones frívolas, ya no más ocupar un lugar “virtual” en un grupo.
Todo esto sucedió totalmente inconsciente, pero me permitió ver ese proceso de cambio personal.
Por otro lado considero que me estoy volviendo más perceptiva luego de la experiencia en el Taller, fue un espacio que me permito más que nunca hacer, ser y sentir. Nunca me hubiera imaginado colocarme en el centro de un grupo de personas y hacer el ridículo, no me lo permitía, a pesar de que muchas veces siento las ganas de pasar saltando por determinados lugares. El hecho de comportarnos de determinada manera en determinadas situaciones nos vuelve muy estructurados, más aún cuando se trata de un espacio educativo. El espacio generado por el Taller considero que rompió con todos los esquemas, no solo de la Licenciatura sino de mi vida. Me pasaba pensando, analizándome interiormente, cuestionándome si realmente hacia lo correcto, intentando cambiar aquello de mi personalidad que no me gustaba. No hay manera de escapar de lo que uno es, tanto lo bueno como lo malo conforma la personalidad de uno, la esencia de cada ser. Yo Soy con mis defectos y mis virtudes. Este proceso me llevo a repensar todo eso, me llevo a elegir que quiero convivir con mis defectos y virtudes y que me quieran por lo que soy realmente, brindando al otro mi personalidad que incluye mis defectos y por eso me defino como un Ser único.
-¿Aprendí? ¿Qué?
Uno de los principales aprendizajes se sintetiza en la frase de Boal “somos distintos siendo iguales”. Aprendí a escuchar el cuerpo del otro, permitir satisfacer al otro y que el otro se brinde hacia mí. Me siento más libre a la hora de expresarme en un grupo, las distintas dinámicas que realizamos me permitieron expresarme con todos mis sentimientos. Por momentos utilice el Taller para hacer catarsis. En este sentido, deje unas cuantas “mochilas” que ya no podía ni quería cargar con ellas.
Reafirme aún más el hecho de que el todos necesitamos del contacto corporal, del afecto, ya que nos hace sentir contenidos y especiales. Todos somos muy vulnerables ante un abrazo, ante una mirada o una simple palabra.
Aprendí a cuidar del otro desconocido. Generalmente estamos acostumbrados a cuidar y proteger a las personas que amamos, pero no a aquellos que no conocemos realmente. Dentro del grupo, a través de determinadas dinámicas pase a cuidar y tratar de hacer sentir bien a personas que no conocía, pero lo hice con la dedicación que lo haría con personas que conozco y quiero.
Aprendí a ver al ridículo como algo divertido y cotidiano.
Aprendí a caminar como un canguro, como un elefante y que el abrazo más lindo de todos que es aquel que se da con la mirada.
-¿Siento que algo de lo adquirido puede ser aplicado en mi actividad a partir de ahora? ¿Qué? ¿Cómo?
Considero que cuando en uno se producen cambios profundos, determinadas cosas te hacen ver más allá o te movilizan en la mínima medida, deben ser compartidos con tu entorno.
En primer lugar trato de aplicar lo aprendido en mi entorno más cercano y lograr que se expanda más y más.
Considero que en nuestra profesión el tratamiento de vínculos y relaciones entre las personas es un pilar fundamental, para lo cual el Teatro del Oprimido puede (y debe) ser utilizado como herramienta para contribuir a mejorar y transformar realidades. Cuando imagino su aplicación, lo hago enfocando principalmente el terreno Comunitario, pero considero que podría ser aplicable a otras áreas de la Comunicación, aunque me cuesta imaginarlo.
Siempre que exista un grupo con el cual trabajar, considerando sus características, el Teatro del Oprimido es una herramienta aplicable.
El trabajo con los otros
-¿Aprendí algo nuevo sobre la relación con otras personas?

A partir de lo trabajado en el Taller experimente una nueva forma de relacionamiento con los compañeros de la Licenciatura.
La experiencia vivida tiene puntos de similitud con la época del jardín de infantes, en la cual la maestra nos enseñaba como relacionarnos con los compañeros a través del juego, en la cual se vuelve central la expresión corporal y en la cual la espontaneidad se hace presente.
Considero de suma importancia que como estudiantes de Ciencias de la Comunicación vivenciemos otras formas de comunicación que no sean meramente verbales.
El Taller me permitió afirmar lo limitado que es el ser humano con el cuerpo y el espíritu, pero a la vez que vulnerable es cuando se estimula los sentidos.
El grupo de trabajo rápidamente se adapto a las dinámicas, la mayoría tomo cada situación con mucho respeto y tratando de hacer sentir bien al otro.
Fue una manera muy distinta de relacionarnos, se configuraba un escenario en el cual había mucha libertad, en el cual cada uno de nosotros se expresaba con autonomía, aspectos que de repente en otros ámbitos de la Licenciatura no se encuentran. Por momentos todos fuimos protagonistas. Se manifestaron momentos en los cuales estaba presente el ideal de grupo.
Por otro lado, sentí algo muy distinto cuando comenzamos a trabajar en subgrupos, ya que por momentos se genero un clima de tensión, de discusión y dispersión que escapaba de lo que veníamos trabajando en las dinámicas. Todo esto sucedió cuando el diálogo se volvió el protagonista y se dejo de lado el sentir y dejar fluir las energías.
-¿Cambió algo en mi modo de relacionarme?
Sin dudas que sí, hubieron cosas que cambiaron. Fui más tolerante que de costumbre, cedí mucho más en determinadas situaciones, viví el espacio del Taller con mucha seguridad, fui más participativa en el grupo, no pensé tanto las cosas antes de hacerlas.
Hoy por hoy, una vez finalizado el Taller, trato de que todo lo vivenciado no quede solo en hermosos recuerdos, sino poder compartir y aplicar lo aprendido, no sólo en el ámbito de la Licenciatura sino en todas las relaciones sociales que entablo en mi vida.
-¿Me dejó deseos de hacer o dejar de hacer algo con otros?
La experiencia me dejó ganas de más. Hoy en día siento ganas de volver a construir la historia y recuperar ese personaje que llego a emocionarme. Siento ganas de compartir lo trabajado con otros y de que los otros puedan vivenciar la experiencia del Teatro del Oprimido.
Siento muchas ganas de llevar a cabo aquellos planes de multiplicación que se plantearon en clase.
El Taller
-¿Qué te gustó más, lo más estimulante de este Taller de Introducción al Teatro del Oprimido?

Lo que más me gustaba de los Talleres era el hecho de comenzar y terminar todos tomados de las manos, me brindaba mucha energía y mucha ternura.
El círculo de Poder era algo muy motivador también, una instancia que me hacía ir reflexionando. En general, lo más estimulante eran las instancias grupales en las cuales nos disponíamos en círculo, encontrándonos con la posibilidad de mirarnos y escucharnos mejor.
-¿Qué te gustó menos, o lo que me pareció más flaco?
Lo que me gustó menos fue el hecho de que determinadas instancias que requerían de mayor seriedad y respeto no se hayan tomado como tal.
-¿Qué aportes tengo para hacer, pensando en una próxima oportunidad?
Considero que el tratamiento de los temas se dio correctamente. Hubo una participación pareja por parte de los docentes, cada cual con su personalidad y profesionalismo realizó los aportes pertinentes al Taller.
Al comienzo creí que debido a la cantidad de estudiantes que había en aquella instancia se iban a presentar dificultades para llevar a cabo el Taller, pero luego debido a la deserción eso no ocurrió.
El salón no es el más adecuado para realizar el tipo de actividades desarrolladas en el Taller, ya que la mayoría requiere de movilidad física, para lo cual sería ventajoso contar con un salón más amplio.
Los docentes ¿Qué sugerencias tengo para los docentes, pensando en la mejora de su trabajo?
Sinceramente estoy muy contenta de haber conocido la técnica de Teatro del Oprimido y muy agradecida a Leticia, Helvecia y Gustavo que fueron quienes hicieron nacer este espacio que construimos entre todos.
Como dije anteriormente, tuvieron una participación a igual nivel, pero cada uno aporto un matiz diferente de acuerdo a su personalidad. Leticia le brindo al Taller locura, dinamismo, una sonrisa muy contagiosa y simpatía (pienso en ella y me dan ganas de saltar). Helvecia ofreció al Taller toda su dulzura y atención, su capacidad de escucha y le dio color a las noches. Gustavo le brindó al Taller un toque masculino y más bien serio (siempre es necesario alguien que baje a tierra). Considero que hicieron un buen trabajo y fusionan bien como grupo, cada uno brindando lo mejor de sí y por sobre todo el profesionalismo en la tarea que comparten e imparten.
Mi sugerencia es que nunca dejen de mostrarse tal cual son por sobre todas las cosas, más allá de que sean docentes. Acortar las distancias genera un clima de trabajo más a meno, tal cual afirma Boal “somos distintos siendo iguales”, y eso es algo que nos hicieron notar en la relación docente-estudiante.
Termino con un GRACIAS GIGANTE, pero no sin antes manifestar que me dieron muchas ganas de un abrazo caracol.

viernes, 12 de junio de 2009

preguntamos a integrantes del taller: MULTIPLICAR, CÓMO?

PROPUESTAS DE DIFUSIÓN Y MULTIPLICACIÓN.
TALLER LICCOM – 2009.



Documental / Audiovisual T.O.

Daniel Fernández.
Federico Pritsch.
Andrea Marichal.
Miguel Mayobre.
Elena Téliz.
Andrea Rodríguez.
Claudio Barindelli
Verónica Ruidiaz.
Federico Pereira Martinez.
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Muestra fotográfica en Liccom.


Andrea Marichal.
Andrea Suárez.
Carina Fernández.
Mercedes Marziotti
Claudio Barindelli
Verónica Ruidiaz.
Antonella Vicente.

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Presentación en Liccom.

Clase abierta p/ familia y amigos.
También en otras instituciones: Bellas Artes,INJU, ACJ
Presentación en el barrio de la liccom.

Paula Lado.
Daniel Fernández.
Andrea Suárez.
Adrián Barrera.
Ma. Alejandra Rijo.
Carina Fernández.
Miguel Mayobre.
Lorena Vizcaíno.
Paola Beltrán.
Leonardo Nahum.
Araceli Posada.
Federico Pritsch.
Andrea Suárez.
Leonardo Nahum.
Macarena Gómez Lombide.
Matilde Laitano.
Antonella Vicente.
Camila Gil.
Katharina Rohleder.

Araceli Posada Cabarcos.
____________________________________________________________
Profundizar con herramientas informáticas.
Web de liccom, blog.
Araceli Posada.
Andrea Rodríguez.
Claudio Barindelli
Paula Lado.
Matilde Laitano.
Antonella Vicente.
Katharina Rohleder.

Difusión en medios de prensa. Uni Radio / En Diálogo.
Otros Medios de Comunicación.

Gabriela Bustelo.
Lorena Vizcaíno.
Leonardo Nahum.
Paula Lado.
Federico Pereira Martinez.
Katharina Rohleder.
Federico Pritsch.

____________________________________________________________
Volantes en Liccom – “Reflexión final” en cartelera.
Leonardo Nahum.
Adrián Barrera.
Katharina Rohleder.
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Llevar TO a otros sitios. ONG, liceos, otras facultades.
Personas con Capacidades diferentes.
Extensión Universitaria
Articular con Taller Comunicación Comunitaria
Talleres en escuelas para todos los involucrados (niño/as, maestros/as, etc)

Miguel Mayobre.
Gabriela Bustelo.
Leonardo Nahum.
Paola Beltrán.
Araceli Posada.
Federico Pereira Martinez.
Federico Pritsch.
Adrián Barrera.

___________________________
_________________________________

Solicitud /Carta al Director para continuar.

Leonardo Nahum.
____________________________________________________________
Stan Up (monólogos de humor sobre uno mismo).
Víctor Ricoy
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Convocar a un grupo mayor de interesados en Teatro del Oprimido
en Liccom.

Macarena Gómez Lombide.



A continuación siguen las propuestas presentadas:

jueves, 11 de junio de 2009

Teatro-foro, técnica de Teatro del Oprimido

Creada por Augusto Boal, consiste en presentar en escena
una situación relevante a la vida social de esa comunidad. La presentación de
pronto se interrumpe y se le pide al público que identifique problemas y proponga
soluciones subiendo al escenario y tomando el rol de uno de los personajes. Se
trata de un proceso colectivo de resolución de situaciones conflictivas que termina
constituyendo, como Boal mismo dice, un ensayo para la acción real.

Organización Internacional del Teatro del Oprimido (ITO) Declaración de Principios

Preámbulo

1. El objetivo básico del Teatro del Oprimido es humanizar a la Humanidad

2. El Teatro del Oprimido es un sistema de Ejercicios, Juegos y Técnicas basado en el Teatro Esencial, para ayudar a los hombres y a las mujeres a desarrollar lo que ya poseen dentro de sí mismos: el teatro.

Teatro Esencial

3. Todo ser humano es teatro!

4. Teatro se define como la existencia simultánea - en el mismo espacio y contexto - de actores y espectadores. Cada ser humano es capaz de observar la situación y de se observar a si mismo en situación.

5. El teatro esencial consiste de tres elementos: Teatro Subjetivo, Teatro Objetivo y el Lenguaje Teatral.

6. Cada ser humano es capaz de actuar: para sobrevivir, necesariamente tenemos que producir acciones y observar esas acciones y sus efectos sobre el mundo exterior. Ser Humano significa ser Teatro: la coexistencia del actor y el espectador en el mismo individuo. Esto es el Teatro Subjetivo.

7. Cuando seres humanos se limitan a la observación de un objeto, una persona o un espacio, negando su capacidad y necesidad del actuar, la energía que seria usada para actuar se transfiere sobre aquel espacio u objeto, creando un espacio subjetivo en el espacio físico que ya existía: es el Espacio Estético. Esto es el Teatro Objetivo.

8. Todo ser humano usa, en sus vidas cotidianas, el mismo lenguaje que los actores usan sobre el escenario: sus voces, sus cuerpos, sus movimientos y sus expresiones traducen sus ideas, emociones y deseos en el Lenguaje Teatral.

Teatro del Oprimido

9. El Teatro del Oprimido ofrece a cada uno el método estético para analizar su pasado, en el contexto de su presente, y para poder inventar su futuro, sin esperar por él. El Teatro del Oprimido ayuda a los seres humanos a recuperar un lenguaje que ya poseen - aprendemos como vivir en la sociedad jugando al teatro. Aprendemos como sentir, sintiendo; come pensar, pensando; como actuar, actuando. El Teatro del Oprimido es un ensayo para la realidad.

10. Llamamos de oprimidos a los individuos, o grupos, que son socialmente, culturalmente, políticamente, o por razones de raza o sexualidad, o en cualquier otra manera, desposeídos de su derecho al Diálogo, o impedidos de ejercer este derecho.

11. Diálogose define como el intercambio libre entre personas libres - individuos o grupos. Significa la participación en la sociedad humana con iguales derechos, y con respeto mutuo de diferencias.

12. El Teatro del Oprimido se basa en la premisa que todas las relaciones humanas debiesen ser de un tipo dialógico: entre hombres y mujeres, entre razas, familias, grupos y naciones, el diálogo debiese siempre prevalecer. En realidad, todos los diálogos tienen la tendencia de transformarse en monólogos, los cuales crean la relación opresores-oprimidos. Reconociendo esta realidad, el principio fundamental del Teatro del Oprimido es el de ayudar a restaurar el diálogo entre seres humanos.

Principios y Objetivos

13. El Teatro del Oprimido es un movimiento mundial estético, non violento, que busca la paz, pero no la pasividad.

14. El Teatro del Oprimido trata de activar a la gente en un esfuerzo humanista, expresado por su propio nombre: teatro de, por, y para el oprimido. Un sistema que facilita a la gente a actuar en la ficción del teatro para transformarse en protagonistas, i.e. sujetos activos, de su propia vida.

15. El Teatro del Oprimido no es ideología ni partido político, no es dogmático ni compulsivo, y es respetuoso hacia todas las culturas. Es un método de análisis y una manera para llegar a sociedades más felices. Por su carácter humanista y democrático, es usado en todo el mundo, todos los campos de actividades sociales, como: educación, cultura, arte, política, trabajo social, psicoterapia, alfabetización y salud pública. En el anexo de esta Declaración de Principios, un número de proyectos ejemplares es añadido para ilustrar el carácter y el alcance de su uso.

16. El Teatro del Oprimido es usado actualmente en docenas de naciones alrededor del mundo, algunas de ellas enumeradas en el Anexo, como instrumento para llegar a descubrimientos sobre uno mismo y sobre el Otro, para clarificar y expresar nuestros deseos y comprender los de los demás; un instrumento para cambiar circunstancias que producen dolor y para realzar las que producen paz; para respetar diferencias entre individuos y grupos, y para la inclusión de todos los seres humanos en el Diálogo; y, finalmente, un instrumento para llegar a la justicia económica y social, la cual es el fundamento de una verdadera democracia. Resumiendo, el objetivo general del Teatro del Oprimido es el desarrollo de Derechos Humanos esenciales.

La Organización Internacional del Teatro del Oprimido (ITO)

17. La ITO es una organización que coordina y realza el desarrollo del Teatro del Oprimido en todo en mundo, según los principios y objetivos de esta declaración.

18. La ITO realiza esto ideal conectando sus practicantes en una red mundial, promoviendo el intercambio y el desarrollo metodológico; facilitando la instrucción y la multiplicación de las técnicas existentes; concibiendo proyectos en un nivel mundial, estimulando la creación de Centros del Teatro del Oprimido (CTO’s) en un nivel local; mejorando y creando las condiciones para el trabajo de los CTO’s y los practicantes y creando un encuentro internacional en el internet.

19. La ITO tendrá el mismo carácter humanista y democrático como sus principios y sus objetivos; incorporará cada contribución de los que trabajan bajo esta Declaración de Principios.

20. La ITO supondrá que cualquier persona, usando las varias técnicas del Teatro del Oprimido, subscribe esta Declaración de Principios.

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El Teatro del Oprimido nació en Brasil en 1971, bajo la joven forma del Teatro Periódico, con el objetivo específico de tratar problemas locales- pronto era utilizado a lo largo del país. El Teatro Foro comenzaba a aparecer en Perú, en 1973, como parte de un Programa de Alfabetización; creíamos que sería bueno solo para Sudamérica- ahora se practica en más de 70 países.

Así creciendo, el TO desarrolló el Teatro Invisible en Argentina como una actividad política, y el Teatro Imagen para establecer diálogo entre Naciones Indígenas y descendientes hispanos, en Colombia, Venezuela, México... Hoy en día estas formas son utilizadas en todo tipo de diálogos.

En Europa, el TO se expandió y apareció el Arco iris del Deseo- primero para entender problemas psicológicos, mas tarde hasta para crear personajes en una obra.

De vuelta en Brasil, el Teatro Legislativo nació para ayudar a que el Deseo de la población llegue a ser Ley- y lo fue al menos hasta 13 veces. Ahora mismo el Teatro Subjuntivo comienza lentamente a aparecer.

Hemos descubierto que todas estas formas, independientemente de dónde fueron creadas, podrían ser desarrolladas y utilizadas alrededor del mundo, porque son simplemente un Lenguaje Humano.

El TO era usado por campesino/ as y trabajadores /as, mas tarde por maestros / as y estudiantes; hoy, también por artistas, trabajadores / as sociales, psicoterapeutas, ONGs,.. al principio se hacía en espacios pequeños, casi clandestinos. En el presente en las calles, las escuelas, las iglesias, los sindicatos, los teatros regulares, las cárceles...

El TO es el Juego del Diálogo: jugamos y aprendemos juntos / as. Todo tipo de Juego debe tener una Disciplina - reglas claras que debemos seguir. Al mismo tiempo, los Juegos tienen necesidad absoluta de creatividad y Libertad. El TO es la perfecta síntesis entre la antítesisde la Disciplina y la Libertad.

Sin Disciplina no hay Vida Social; sin Libertad, no hay Vida.

La Disciplina de nuestro Juego es nuestra creencia de que debemos reestablecer el derecho que tiene cada ser de existir con dignidad. Creemos que todos / as nosotros /as somos más, y mucho mejores de lo que pensamos que somos. Creemos en solidaridad.

Nuestra Libertad es para crear maneras de ayudar a humanizar la Humanidad, invadiendo libremente todos los campos de la actividad humana: social, pedagógica, política, artística... El Teatro es Lenguaje, por tanto puede ser usado para hablar de todos los asuntos humanos, no para ser limitado al teatro en sí mismo.

Creemos en Paz, no en Pasividad!

Sobre todas las cosas, creemos que el Teatro del Oprimido es de, acerca, por y paralos y las Oprimidos /as, como se aclara en nuestra Declaración de Principios . Si estás de acuerdo con esto, ciertamente estamos de acuerdo contigo.

Augusto Boal, Rio de Janeiro 2004

Traducción: Mariana Villani

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jueves, 4 de junio de 2009

5to encuentro . 4 mayo 2009


Una de las principales funciones de nuestro arte es hacer conscientes esos espectáculos de la vida diaria donde los actores son los propios espectadores y el escenario es la platea y la platea, escenario. Somos todos artistas: haciendo teatro, aprendemos a ver aquello que resalta a los ojos, pero que somos incapaces de ver al estar tan habituados a mirarlo. Lo que nos es familiar se convierte en invisible: hacer teatro, al contrario, ilumina el escenario de nuestra vida cotidiana. (Augusto Boal)


fotografías: Victor Ricoy

jueves, 28 de mayo de 2009

4to encuentro . 28 mayo 2009



PLANIFICACIÓN:
- ronda inicial (se informa apertura y dirección del blog: objetivos)
- regalos. colectivos
- saludo, tres formas: mirada, mano, abrazo. se agrega STOP
- orquestas
- lo que más me impactó? Hechos, situaciones son relatados en un primer momento, a partir de la premisa: lo que más me impresionó. Posteriormente (en cada subgrupo) cada persona toma una historia de otra, al finalizar su lectura se intercambia y comparte.
- el subgrupo elije una historia, un hecho. En una tercera etapa, se propone la elección de una historia, de un hecho para ser trabajado en cada grupo.

- se trabaja con estética del oprimido
- presentación
- ronda intercambio
- regalo masajes, mimos

Presentación de las creaciones
(texto, música, cuerpo, movimiento, plástica):

Imágenes de la presentación de las creaciones, a partir de la historia elegida colectivamente en cada subgrupo.

jueves, 14 de mayo de 2009

3er encuentro . 14 de mayo 2009

- Ronda inicial
- Cabaña
- Caminada en 8
- reconocer el mov con sonido
- juego confianza. grupo
- Teatro imagen. situación en imagen, parejas
- compartir en ronda gral

(traer 5 objetos desechables)

jueves, 7 de mayo de 2009

1er encuentro . 7 de mayo 2009



- Ronda inicial
- juegos presentación
- paro sigo salto y ...
- Nombres y ritmos
- Hipnotismo Colombiano
- Floresta de los Sonidos
- Me gusta y no me gusta
- Completar la imagen
- Ceación tres imágenes grupales, a partir de la idea Grupo: es y deseo
- Árbol Teatro del Oprimido

miércoles, 6 de mayo de 2009

OBITUARIO: 'IN MEMÓRIAM' Augusto Boal, defensor del teatro participativo

por ARIEL DORFMAN

La primera palabra que me saltó a la mente cuando conocí a Augusto Boal es que él era... elástico. Flexible, dúctil, fluido, abierto al mundo; pero a la vez con algo casi infinitamente resistente, no de esos elásticos que cuando se estiran se rompen.

Nuestro encuentro inicial fue en La Habana en 1973 cuando fuimos co-jurados para el Concurso de la Casa de las Américas y ya era una leyenda su Teatro del Oprimido. Aproveché su sabiduría en esa ocasión de una manera más bien pragmática. En Chile, estaba ya en marcha la contra-revolución que ese mismo septiembre derrocaría a Salvador Allende y mis conversaciones con Augusto volvían una y otra vez al papel que podía jugar el teatro en una coyuntura tan crítica. Fue su espíritu creador travieso, su convicción de que los espectadores eran de veras coautores, su optimismo inagotable, que me llevé de vuelta a Santiago. Meses más tarde, trabajando ya en La Moneda como asesor cultural de Fernando Flores, secretario general del Gobierno de Allende, aproveché sus enseñanzas para planificar unas acciones teatrales en los espacios públicos de Santiago que podían retrasar la asonada que amenazaba la democracia de mi país.

Justamente, el 11 de septiembre de 1973 me iba a encontrar con Oscar Castro, del Teatro El Aleph, para infiltrar las calles de Santiago con escenas creadas en base a lo que Boal llamaba el Teatro Invisible. Esto de invisible me gustaba en particular porque éramos víctimas del bloque llamado invisible del Gobierno norteamericano que, junto con el sabotaje económico de la derecha, había creado una escasez artificial y largas colas de ciudadanos para hacer compras de los alimentos más esenciales. Una de mis ideas era que un tropel de actores se pusiera en la cola y, sin revelar su origen teatral, fueran acusando sutilmente a los verdaderos responsables de aquellas carencias, de manera que las protestas de la gente se dirigieran contra los golpistas y no contra el Gobierno popular.

Nunca pudimos escenificar ni ésa ni otras presentaciones similares. El gran teatro de Chile fue usurpado por el Director de la Muerte, Augusto Pinochet, y yo me fui, eventualmente, a un exilio nada de invisible.

Y en Buenos Aires me esperaba, por cierto, Augusto Boal, que había tenido que salir de su Brasil después de caer preso y que se había instalado en el país de su mujer. Ahí me ofreció una lección que poco tenía que ver con el teatro. Me acuerdo que yo hablaba de las noticias terribles que salían de Chile como si fueran una cloaca, y Chile y más Chile... y fue entonces que Boal me dijo, muy calladamente, pero con mucho fervor: sí, Chile, dijo, Chile, sin duda, Ariel, pero no te olvides del resto de América Latina. Yo me quedé perplejo, tenía razón: con tanto protagonismo de mi país era fácil dejar de lado a tantos otros países que sufrían. Y tal como un año antes me había llevado a Santiago sus palabras sobre el teatro como un infinito instrumento de liberación y participación, me fui de Argentina con esas otras palabras, cargadas de ética continental y compasión humana, y nunca las olvidé.

Y ahora que dicen los cables que ya no respira en este mundo quiero desmentir aquella información falaz que vino desde Río de Janeiro y asegurar que Boal (78 años) se encuentra increíblemente vivo y tan elástico como siempre, que su muerte es invisible porque sigue él adentro de miles y miles de hombres y mujeres y niños que encontraron en sus obras y sus dichos y su vida la iluminación para hacerse ellos mismos los muy visibles protagonistas de su destino.

lunes, 4 de mayo de 2009

Rio de Janerio, 4 de mayo de 2009

Hermanos y hermanas, Compañeros en armas en la lucha,

Nuestro camarada amado Augusto Boal, ese sembrador incansable de semillas, que viajó por los últimos confines de la tierra que esparcen la semilla del teatro del oprimido, está hoy sin embargo otro viaje. Él emprendió viaje en las primeras horas de la madrugada del día 2 despues de que él gastó el primero de mayo, en una vigilia de solidaridad con los trabajadores combatiendo por un trabajo y mundo más feliz, un mundo de solidaridad.

Él emprende este viaje de forma especial, para que no se discuta que no fuera capaz de estar presente fisicamente en ningún evento. Pero, tal cual vivió, él vivió, amado y trabajando hasta el fin de la ultima gota de su energía, dejando lista, para su publicación, la nueva versión de su libro, “La estética del oprimido”. Dejó también expresas instrucciones de que ningún evento debe ser cancelado debido a su ausencia. '¿Ése no es el mismo punto de la multiplicación?"

Ayer, el tres de mayo, tuvimos una ceremonia de despedida. La cremación de su cuerpo marcó el inicio de una nueva fase del teatro del oprimido, en la ausencia física de su creador. Nosotros lloramos, dijimos, cantamos. Celse Frateschi declamó, bella, un paso de Arena Conta Zumbi. Cantamos una canción escrita por Nuno Arcanjo. Y Cecilia Boal, con toda su fortaleza y vitalidad, dijo al mundo que su esposo debe ser recordado como el guerrero que siempre era. Secamos nuestras lágrimas y aclamamos la sobra de Boal.

Su cuerpo se ha ido, pero no su presencia! este sábado, el 9 del mayo, desde 5pm hasta 8pm (hora de brasil), nosotros ratificaremos su presencia con un homenaje, en el centro del teatro del oprimido con música, poemas, trabajos y videos. A las 7pm nos detendremos para hacer un minuto de oración en honor de Boal. Nosotros celebraremos la vida, la lucha, la productividad, el trabajo de Augusto Boal y la continuidad de ese trabajo. Llamamos y estimulamos todos para hacer el mismo homenaje a su recuerdo en este sábado.

Que los necesitados escriban un mensaje para ser expuesto en el mural que honrre a Boal, por favor envialo toclaudetefelix@ctorio.org.br hasta 3pm (hora de Brasil) el jueves.

No será fácil seguir sin nuestro sea maestro, pero asociese al amigo y al camarada en la lucha. ¿Pero qué alguna vez ha sido fácil en la trayectoria del teatro del oprimido?

Ética y solidaridad serán nuestros objetivos y nuestra guías. Multiplicación será nuestra estrategia. Y nuestra meta permanecerá la ascensión de efectos sociales concretos para ocasionar la transformación de realidades opresivas.

*La viva Augusto Boal *

Pasaremos.

Barbara Santos, el CTO Rio

domingo, 3 de mayo de 2009

El escenario como catalizador social. por Carlos Paul

Uno de los creadores escénicos más reconocidos, el brasileño Augusto Boal, falleció el pasado 2 de mayo a los 78 años, a causa de una insuficiencia respiratoria y tras una larga lucha contra la leucemia. Considerado como una amenaza para la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, por lo cual fue encarcelado y torturado, Boal fue creador del denominado Teatro del Oprimido, cuyo afán es hacer accesible el lenguaje teatral, como método pedagógico y forma de conocimiento para la transformación de la realidad social.

Con influencia del teatro de Bertolt Brecht, la propuesta de Boal fue plantear en el teatro las distintas formas de opresión de las que es víctima el ser humano, al hacer subir al espectador al escenario, al lado de los actores.

De acuerdo con la Declaración de Principios de lo que hoy día es la Organización Internacional del Teatro del Oprimido, el propósito es humanizar a la humanidad, a partir de la idea de que “cada ser es capaz de observar la situación y de observarse a sí mismo en situación.

“Ofrecer a cada uno, según su problemática, un método estético para analizar su pasado en el contexto de su presente, para inventar su futuro sin esperar a que llegue.

“Se aprende cómo sentir, sintiendo; cómo pensar, pensando; cómo actuar, actuando; qué hacer como individuos o grupo, que por razones sociales, políticas, culturales, de raza o de sexualidad se encuentran desposeídos de sus derechos”.

Ensayo para la realidad

El Teatro del Oprimido es un ensayo para la realidad, un sistema estético que facilita a la gente actuar en la ficción del teatro para transformarse en protagonistas, sujetos activos de su vida. Hoy día se practica en más de 70 países, y lo hacen campesinos, trabajadores, maestros, estudiantes, artistas, trabajadores sociales y sicoterapeutas. Ha servido tanto para programas de alfabetización y en cárceles, como para discutir en la calle los problemas o las leyes que afectan al ciudadano común.

Boal fue nominado para el Premio Nobel de la Paz en 2008. En marzo de este año recibió el reconocimiento de Embajador Mundial del Teatro, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Hijo de campesinos portugueses que se establecieron en Brasil para mejorar sus condiciones de vida, a los 10 años Boal empezó a dirigir a sus primos y hermanos en pequeños montajes destinados a amenizar las reuniones familiares de los domingos.

A los 22 años, con la intención de cursar estudios de ingeniería química, se trasladó a Estados Unidos; sin embargo, terminó por estudiar arte dramático en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

La casa del otro lado de la calle es la obra en la que se perfilan los rasgos característicos de su propuesta teatral.

Boal regresó a su país en 1995, y se hizo cargo de la dirección artística del Teatro de Arena, de Sao Paulo, agrupación para la que escribió y estrenó la obra Revolución en América del Sur, en 1961. Junto con Gianfrancesco Guarnieri fundó el Seminario de Dramaturgia del Teatro de Arena.

Según especialistas, dicha obra marcó en Brasil un alejamiento de las técnicas realistas que imperaban en las artes escénicas de entonces, pues incorporó elementos brechtianos, teatro de revista y de circo.

De aquella década son las obras José, del parto a la sepultura; Juicio en el nuevo sol, y Golpe a galope, entre otras.

En 1965, junto con Guarnieri, hizo la serie Arena Cuenta, que narra la lucha por la liberación del pueblo mediante personajes históricos brasileños.

Su interés por los musicales lo llevó a realizar Arena canta Bahía, con Maria Bethania, Gal Costa, Caetano Veloso y Gilberto Gil, entre otros. En 1968 escenificó Luna pequeña y la caminata peligrosa, montaje que dedicó a la lucha del Che Guevara en Bolivia. En 1969, en plena dictadura, escribió Bolívar, labrador del mar.

Cárcel, tortura y autoexilio

Boal desarrolló el teatro periodístico en 1970, dramatizaciones elaboradas a partir de las noticias de la televisión o el periódico. Un año después, a principios de 1971, fue encarcelado y torturado; tras su liberación, el teatrista se exilió en Argentina, país donde escribió Torquemada, obra en la que representa la prisión y el sistemático uso de la tortura; en esa ápoca comenzó a experimentar la técnica del Teatro Invisible.

En Perú puso en práctica el llamado Teatro-Fórum, en el que el espectador remplaza al actor para plantear su solución a un determinado problema.

En París, Francia, invitado por la Sorbona, dio clases, dirigió obras y fundó el Centro de Teatro del Oprimido. En la década de los 80, Boal llevó a Brasil el Teatro-Fórum.

En los años 90 del siglo pasado destacaron la escenificación de Somos 31 millones, ¿y ahora?, la edición de Método Boal de Teatro y Terapia y su trabajo en prisiones de Sao Paulo.

Boal fue elegido concejal en 1993 por el Partido de los Trabajadores, en Río de Janeiro. Vehemente, inquieto e innovador, revolucionó el Parlamento con su proyecto Teatro Legislativo, cuyo propósito era transformar al elector en legislador. Le preguntaba a la gente qué era lo que quería; no fabricaba leyes de forma arbitraria. Y eso, los políticos no podían soportarlo, explicó en algún momento Boal.

Con más de 20 libros publicados, entre obras de teatro, novelas y ensayos, sistematizó su teoría en Categorías del Teatro Popular, 200 ejercicios y juegos para el actor y no actor con voluntad de decir algo a través del teatro, Técnicas latinoamericanas de Teatro Popular, Teatro Legislativo y Teatro del Oprimido y otras poéticas políticas, éste traducido a más de 25 idiomas.

Entre sus últimas actividades realizaba un proyecto nacional en colaboración con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, que se aplicaría en 15 estados de Brasil.

El cuerpo de Augusto Boal fue cremado en el Cementerio de Cajú.

Tomado de La Jornada

El escenario como catalizador social. por Carlos Paul

Uno de los creadores escénicos más reconocidos, el brasileño Augusto Boal, falleció el pasado 2 de mayo a los 78 años, a causa de una insuficiencia respiratoria y tras una larga lucha contra la leucemia. Considerado como una amenaza para la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, por lo cual fue encarcelado y torturado, Boal fue creador del denominado Teatro del Oprimido, cuyo afán es hacer accesible el lenguaje teatral, como método pedagógico y forma de conocimiento para la transformación de la realidad social.

Con influencia del teatro de Bertolt Brecht, la propuesta de Boal fue plantear en el teatro las distintas formas de opresión de las que es víctima el ser humano, al hacer subir al espectador al escenario, al lado de los actores.

De acuerdo con la Declaración de Principios de lo que hoy día es la Organización Internacional del Teatro del Oprimido, el propósito es humanizar a la humanidad, a partir de la idea de que “cada ser es capaz de observar la situación y de observarse a sí mismo en situación.

“Ofrecer a cada uno, según su problemática, un método estético para analizar su pasado en el contexto de su presente, para inventar su futuro sin esperar a que llegue.

“Se aprende cómo sentir, sintiendo; cómo pensar, pensando; cómo actuar, actuando; qué hacer como individuos o grupo, que por razones sociales, políticas, culturales, de raza o de sexualidad se encuentran desposeídos de sus derechos”.

Ensayo para la realidad

El Teatro del Oprimido es un ensayo para la realidad, un sistema estético que facilita a la gente actuar en la ficción del teatro para transformarse en protagonistas, sujetos activos de su vida. Hoy día se practica en más de 70 países, y lo hacen campesinos, trabajadores, maestros, estudiantes, artistas, trabajadores sociales y sicoterapeutas. Ha servido tanto para programas de alfabetización y en cárceles, como para discutir en la calle los problemas o las leyes que afectan al ciudadano común.

Boal fue nominado para el Premio Nobel de la Paz en 2008. En marzo de este año recibió el reconocimiento de Embajador Mundial del Teatro, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Hijo de campesinos portugueses que se establecieron en Brasil para mejorar sus condiciones de vida, a los 10 años Boal empezó a dirigir a sus primos y hermanos en pequeños montajes destinados a amenizar las reuniones familiares de los domingos.

A los 22 años, con la intención de cursar estudios de ingeniería química, se trasladó a Estados Unidos; sin embargo, terminó por estudiar arte dramático en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

La casa del otro lado de la calle es la obra en la que se perfilan los rasgos característicos de su propuesta teatral.

Boal regresó a su país en 1995, y se hizo cargo de la dirección artística del Teatro de Arena, de Sao Paulo, agrupación para la que escribió y estrenó la obra Revolución en América del Sur, en 1961. Junto con Gianfrancesco Guarnieri fundó el Seminario de Dramaturgia del Teatro de Arena.

Según especialistas, dicha obra marcó en Brasil un alejamiento de las técnicas realistas que imperaban en las artes escénicas de entonces, pues incorporó elementos brechtianos, teatro de revista y de circo.

De aquella década son las obras José, del parto a la sepultura; Juicio en el nuevo sol, y Golpe a galope, entre otras.

En 1965, junto con Guarnieri, hizo la serie Arena Cuenta, que narra la lucha por la liberación del pueblo mediante personajes históricos brasileños.

Su interés por los musicales lo llevó a realizar Arena canta Bahía, con Maria Bethania, Gal Costa, Caetano Veloso y Gilberto Gil, entre otros. En 1968 escenificó Luna pequeña y la caminata peligrosa, montaje que dedicó a la lucha del Che Guevara en Bolivia. En 1969, en plena dictadura, escribió Bolívar, labrador del mar.

Cárcel, tortura y autoexilio

Boal desarrolló el teatro periodístico en 1970, dramatizaciones elaboradas a partir de las noticias de la televisión o el periódico. Un año después, a principios de 1971, fue encarcelado y torturado; tras su liberación, el teatrista se exilió en Argentina, país donde escribió Torquemada, obra en la que representa la prisión y el sistemático uso de la tortura; en esa ápoca comenzó a experimentar la técnica del Teatro Invisible.

En Perú puso en práctica el llamado Teatro-Fórum, en el que el espectador remplaza al actor para plantear su solución a un determinado problema.

En París, Francia, invitado por la Sorbona, dio clases, dirigió obras y fundó el Centro de Teatro del Oprimido. En la década de los 80, Boal llevó a Brasil el Teatro-Fórum.

En los años 90 del siglo pasado destacaron la escenificación de Somos 31 millones, ¿y ahora?, la edición de Método Boal de Teatro y Terapia y su trabajo en prisiones de Sao Paulo.

Boal fue elegido concejal en 1993 por el Partido de los Trabajadores, en Río de Janeiro. Vehemente, inquieto e innovador, revolucionó el Parlamento con su proyecto Teatro Legislativo, cuyo propósito era transformar al elector en legislador. Le preguntaba a la gente qué era lo que quería; no fabricaba leyes de forma arbitraria. Y eso, los políticos no podían soportarlo, explicó en algún momento Boal.

Con más de 20 libros publicados, entre obras de teatro, novelas y ensayos, sistematizó su teoría en Categorías del Teatro Popular, 200 ejercicios y juegos para el actor y no actor con voluntad de decir algo a través del teatro, Técnicas latinoamericanas de Teatro Popular, Teatro Legislativo y Teatro del Oprimido y otras poéticas políticas, éste traducido a más de 25 idiomas.

Entre sus últimas actividades realizaba un proyecto nacional en colaboración con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, que se aplicaría en 15 estados de Brasil.

El cuerpo de Augusto Boal fue cremado en el Cementerio de Cajú.

Tomado de La Jornada

viernes, 1 de mayo de 2009

Teatro del Oprimido

El Teatro del Oprimido es un método de teatro y educación popular, que
consiste en un sistema de ejercicios, juegos, técnicas de imagen e
improvisaciones. El teatro no como fin sino como medio.
Lo que propone el Teatro del Oprimido es la acción misma: el
espectador asume su papel protagónico, cambia la acción dramática,
ensaya soluciones, debate proyectos de cambio, en resumen: se entrena
para la acción real.

"Seamos democráticos y pidamos a nuestro público que nos cuente sus
deseos, que nos muestre sus alternativas. Esperemos que un día –seamos
capaces de convencer o forzar a nuestros gobernantes, nuestros
lideres, a hacer lo mismo: preguntar a su público -¡nosotros, el
pueblo!- qué deben hacer para convertir este mundo en un lugar donde
sea posible vivir y ser feliz –¡claro que ha de ser posible!-, en vez
de ser solamente un gran mercado donde vendemos nuestros bienes y
nuestras almas.
Vamos a desear
! Vamos a trabajar para lograrlo!"
(Augusto Boal)

viernes, 3 de abril de 2009

MENSAJE DEL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO 2009 -Augusto Boal-

Todas las sociedades humanas son espectaculares en su vida cotidiana y producen espectáculos en momentos especiales. Son espectaculares como forma de organización social y producen espectáculos como este que ustedes han venido a ver. Aunque inconscientemente, las relaciones humanas se estructuran de forma teatral: el uso del espacio, el lenguaje del cuerpo, la elección de las palabras y la modulación de las voces, la confrontación de ideas y pasiones, todo lo que hacemos en el escenario lo hacemos siempre en nuestras vidas: ¡nosotros somos teatro!
No sólo las bodas y los funerales son espectáculos, también los rituales cotidianos que, por su familiaridad, no nos llegan a la consciencia. No sólo pompas, sino también el café de la mañana y los buenos días, los tímidos enamoramientos, los grandes conflictos pasionales, una sesión del Senado o una reunión diplomática; todo es teatro.
Una de las principales funciones de nuestro arte es hacer conscientes esos espectáculos de la vida diaria donde los actores son los propios espectadores y el escenario es la platea y la platea, escenario. Somos todos artistas: haciendo teatro, aprendemos a ver aquello que resalta a los ojos, pero que somos incapaces de ver al estar tan habituados a mirarlo. Lo que nos es familiar se convierte en invisible: hacer teatro, al contrario, ilumina el escenario de nuestra vida cotidiana.
En septiembre del año pasado fuimos sorprendidos por una revelación teatral: nosotros pensábamos que vivíamos en un mundo seguro, a pesar de las guerras, genocidios, hecatombes y torturas que estaban acaeciendo, sí, pero lejos de nosotros, en países distantes y salvajes. Nosotros que vivíamos seguros con nuestro dinero guardado en un banco respetable o en las manos de un honesto corredor de Bolsa, fuimos informados de que ese dinero no existía, era virtual, fea ficción de algunos economistas que no eran ficción, ni eran seguros, ni respetables. No pasaba de ser mal teatro con triste enredo, donde pocos ganaban mucho y muchos perdían todo. Políticos de los países ricos se encerraban en reuniones secretas y de ahí salían con soluciones mágicas. Nosotros, las víctimas de sus decisiones, continuábamos de espectadores sentados en la última fila de las gradas.
Veinte años atrás, yo dirigí ‘Fedra' de Racine, en Río de Janeiro. El escenario era pobre: en el suelo, pieles de vaca, alrededor, bambúes. Antes de comenzar el espectáculo, les decía a mis actores: "Ahora acaba la ficción que hacemos en el día a día. Cuando crucemos esos bambúes, allá en el escenario, ninguno de vosotros tiene el derecho de mentir. El Teatro es la Verdad Escondida."
Viendo el mundo, además de las apariencias, vemos a opresores y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en la vida.
Asistan al espectáculo que va a comenzar; después, en sus casas con sus amigos, hagan sus obras ustedes mismos y vean lo que jamás pudieron ver: aquello que salta a nuestros ojos. El teatro no puede ser solamente un evento, ¡es forma de vida!
Actores somos todos nosotros, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡es aquel que la transforma!

viernes, 27 de marzo de 2009

propuesta presentada a LICCOM

PROPUESTA DE TALLER: TEATRO DEL OPRIMIDO.
Docentes: Helvecia Pérez – Leticia Cuba – Gustavo Schlegel.

Destinado a: estudiantes, docentes, funcionarios y demás interesados de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.


La propuesta consiste en compartir aspectos básicos de la metodología del Teatro del Oprimido para el trabajo en el área social, a partir del Taller realizado en 2008 en el Centro del Teatro del Oprimido de Brasil, brindado por su creador, Augusto Boal, de Formación de Formadores en esta metodología de trabajo. Helvecia Pérez, Leticia Cuba y Gustavo Schlegel han participado de este taller.

¿Qué es el Teatro del Oprimido?

La metodología del Teatro del Oprimido fue creada por el director brasileño Augusto Boal hace más de 30 años y ha tenido un intenso y polícromo desarrollo, actualmente a través de la Asociación Internacional del Teatro del Oprimido (AITO) que involucra a participantes y grupos de 70 países del mundo, como forma de expresión artística, de diálogo social y de estímulo a la ciudadanía. El Teatro del Oprimido es un sistema de Ejercicios, Juegos y Técnicas basado en el Teatro Esencial, para ayudar a los hombres y a las mujeres a desarrollar lo que ya poseen dentro de sí mismos y para trabajar con otros.

En principio, la metodología del Teatro del Oprimido propone el juego, propiciando la libertad de creación dentro de ciertas reglas, como una “metáfora de la realidad” para ser aplicada de diferentes maneras en grupos, a todos los niveles. Se trata de un método que reúne ejercicios, juegos y técnicas teatrales que buscan la desmecanización física e intelectual de quienes lo practican y la democratización del teatro y de las relaciones grupales, estableciendo condiciones prácticas para que los participantes amplíen sus posibilidades de expresión, en una comunicación activa, directa y creativa.

El Teatro del Oprimido en las aulas es una de las modalidades que hoy cuenta con facilitadotes en diferentes países del mundo. En Brasil, se desarrollan numerosos proyectos en la educación formal e informal, así como en centros de salud mental y centros de reclusión, pero también tiene lugar en escuelas de formadores en Teatro del Oprimido que existen en países como Dinamarca, España, Italia y Portugal.

En nuestro país el Teatro del Oprimido tiene un desarrollo reciente e intenso. En los últimos años, a partir de la participación en el Taller de Formación del Teatro del Oprimido de Brasil por parte de educadores sociales, facilitadotes y actores uruguayos, la metodología se está implementando en ámbitos variados, especialmente en educación no formal y grupos independientes, con intervenciones puntuales en el sistema educativo formal.
En este marco y a partir de que la docente que propone el taller junto a los facilitadores que la acompañan (ver currículums adjuntos) han participado del Taller de Formadores del Teatro del Oprimido de Brasil nos proponemos compartir esta modalidad de trabajo innovadora para el área social dentro de la Liccom.

Helvecia Pérez es socióloga y docente de Sociología y Educación para los Medios en la Licenciatura y en la Facultad de Ciencias Sociales desde hace varios años, anteriormente trabajó en medios de comunicación y actualmente integra el trabajo del Teatro del Oprimido en diferentes ámbitos; Leticia Cuba es egresada de la Liccom, trabaja en el área audiovisual y ha desarrollado con grupos la metodología de trabajo del Teatro del Oprimido; Gustavo Schlegel es sociólogo, trabajador social y actor y ha participado de grupos de trabajo en Teatro del Oprimido en Inglaterra y coordinado grupos en Argentina y Uruguay.

¿Qué proponemos en el Taller?

El Taller Teatro del Oprimido en la Liccom se propone compartir los aspectos centrales de la metodología del Teatro del Oprimido de modo que los participantes puedan integrar herramientas para su trabajo a nivel grupal, en los niveles más diversos. Entre las técnicas del Teatro del Oprimido se encuentran el Teatro Diario, el Teatro Invisible, el Teatro Imagen, el Teatro Legislativo, el Arco Iris del Deseo y el Teatro Foro y las mismas son aplicadas en coordinación y de acuerdo a los intereses de los participantes.

En primer lugar, el Taller es una experiencia vivencial para participantes y coordinadores, a partir de herramientas de trabajo que integran la imagen, el sonido y la palabra en un conjunto creativo que puede aplicarse al trabajar con grupos. Las herramientas vivenciales son integradas a un análisis que se realiza en el taller con la finalidad de instrumentar diferentes modalidaes de aplicación en los ámbitos de trabajo que los coordinadores y participantes ya poseen o pueden crear (clases y grupos de trabajo de todo tipo).

El Taller se propone, modestamente, que los participantes obtengan herramientas nuevas para el trabajo en sus propios lugares con sus alumnos o compañeros en lugares de estudio y/o de trabajo, o grupos sociales de todo tipo. Para alcanzar este objetivo el taller se propone, en primera instancia, facilitar el trabajo de búsqueda creativa mediante el juego para descubrir nuevas formas de trabajo en los ámbitos que ya tenemos y/o despertar potencialidades a todos los niveles (en nosotros mismos, con los que tenemos más cerca, realizando proyectos con y para otros).

¿Qué necesitamos?

- Lo principal que necesitamos -el “material” básico- es la disponibilidad de los participantes para trabajar en el presente, con toda la información que poseen nuestros cuerpos, mentes y emociones, con toda la apertura que hoy somos capaces de alcanzar.

- Un salón, ámbito estable en el que nos reunimos.

- Otros materiales serán necesarios y se solicitarán a lo largo del taller, pero éstos no implican un “costo” para los participantes si no que serán recogidos (de nuestras casas o de la calle) especialmente para cada ocasión.


¿Cómo lo evaluamos?

Los participantes pueden realizar alguna de las siguientes formas de evaluación al culminar el taller:
a) Realizar un proyecto de trabajo con la metodología aprehendida en ámbitos que ya conocen.
b) Crear un proyecto de trabajo con la metodología aprehendida en ámbitos potenciales en los que se propongan desarrollarlos.
c) Participar de una muestra del trabajo y de la metodología a desarrollar en la Liccom, en una instancia especial, para docentes, egresados, estudiantes y otros.



Bibliografía

En español:

- Boal, Augusto. Juegos para Actores y No Actores. Alba Editorial, 2002. Barcelona, España.
- Boal, Augusto. Arco iris del deseo. Alba Editorial, 2004. Barcelona, España.

En portugués, se pueden consultar otros libros de Augusto Boal:
- Arena conta Tiradentes. Editorial Sagarana, 1967. São Paulo, Brasil.
- Crônicas de Nuestra América. CODECRI, 1973. São Paulo, Brasil.
- Técnicas Latino-Americanas de Teatro Popular. HUCITEC, 1975. São Paulo, Brasil.
- O Suicida com Medo da Morte. Civilização Basileira, 1992. Rio de Janeiro, Brasil.
- Aquí Ninguém é Burro! Revan, 1996. Rio de Janeiro, Brasil.
- Teatro Legislativo. Civilização Brasileira, 1996. Rio de Janeiro. Brasil.
- Hamlet e o filho do padeiro. Civilização Brasileira, 2000. Rio de Janeiro. Brasil.
- O Teatro como arte marcial. Garamond, 2003. Rio de Janeiro, Brasil.

Duración propuesta: 21 horas – 7 sesiones de 3 horas cada una.